Resultaba inevitable que Brassens citase en una de sus canciones a Léautaud, pues ambos opinaban que era preferible vivir rodeado de gatos que de personas. Léautaud, intentando evitar la fama, malhumorado y reticente a todo contacto humano, alcanzó precisamente notoriedad más por su innumerable familia gatuna que por la indudable calidad de sus críticas teatrales. Y Brassens recomienda a su futura viuda que tome de nuevo marido, aunque amenazando con volver en forma de fantasma vengador si el nuevo inquilino de su lecho se atreve a tratar con maldad a sus gatos. Por tanto, Brassens termina homenajeando a Léautaud en su Don Juan, al rendir tributo al policia que para el tráfico para que pasen los gatos de Léautaud. ¡Gloria a ambos!

No hay comentarios:
Publicar un comentario